martes, 14 de diciembre de 2010

El vuelco de un bus causa 11 lesionados


Oonce personas resultaron heridas ayer al volcar un bus de transporte interdepartamental en la carretera entre Guabirá y Portachuelo, a un kilómetro del Puente de la Amistad Boliviano-Japonés, que cruza el río Piraí.
El bus, marca Mercedes Benz, color plomo, placa 2101-CZS, de la flota Nobleza, se dirigía a Cochabamba.
De acuerdo con los datos oficiales, los afectados son Anastasia Sanabria Pinto (65), Jimena Fuentes Velásquez (25), Iván Ramos Laura (22), Ramiro Rojas Zenteno (44), Érick Rojas Lara (5), Martha Carvajal Suárez (30), Vania Negrete Chalaco (22), Victoria Carvajal Sánchez (32) y Shirley Terán Carvajal (5), que fueron internados con pronóstico reservado en el hospital Nicolás Ortiz Antelo de Portachuelo.
Entre tanto, Venancia Orellana Paredes (52) y su hijo, Fidel Luis Orellana (31), recibieron atención en la clínica Unimax de Montero, aunque después fueron dados de alta.
Según Freddy Bustillos, jefe de la Policía de Portachuelo, el percance se produjo a las 8:30, cuando se presume que el conductor Moisés Canaviri realizó una brusca maniobra para no impactar de frente con un camión que supuestamente invadió el carril contrario en su intento de rebasar a otro motorizado. Canaviri sevio obligado a girar a la derecha, movimiento que lo hizo perder el control hasta que el bus volcó en la cuneta y se detuvo a dos metros de la estructura de un puente menor.
Con relación al número de pasajeros que viajaban en el bus, la autoridad policial calculó que eran 43, ya que 35 fueron embarcados en otro bus de la misma empresa y continuaron el viaje a Cochabamba.
Venancia Orellana relató llorando que viajaba con sus hijos Melisa y Fidel, y sus nietos Ana Yely y Osmar. “Fue un accidente con suerte, porque nadie murió”, manifestó angustiada la mujer al ver que la góndola quedó cerca de la estructura de un puente. “Si chocaba contra el puente la historia hubiera sido otra”, señaló.
A algunos pasajeros el pánico los tenía profundamente afectados. Horas después del vuelco varios rechazaron ser hospitalizados, prefirieron esperar el otro bus para continuar viaje a la capital del valle. “Lo que quiero es llegar pronto a ver a mi familia”, manifestó Sandra Pérez.

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